sábado, 14 de abril de 2007

ESPERANZA RIDRUEJO


Nacida en Soria (1930) en el seno de una familia acomodada –su padre es primo del poeta Dionisio Ridruejo–, la infancia y primera juventud de Esperanza no se diferencian de las de cualquier niña bien: estudia en el colegio de la Asunción de Madrid, en Belmont (Inglaterra) cursa estudios de Literatura inglesa y posteriormente se matricula en la Universidad de Ginebra. Un novio que no llega a mayores, clases de piano y solfeo, servicio social al lado de Millán Astray… Sin embargo, su plácida existencia se trastocará cuando conozca a Mike Stilianopoulos, un filipino con el que contrae matrimonio el 24 de junio de 1957.


En su día, le dijo José María Pemán: “¿Por qué te llaman Pitita si te llamas Esperanza que es palabra tan bonita?”. Pitita cree recordar que ese apodo proviene de la infancia, de cuando veraneaba con sus hermanos y sus primos en la finca soriana Los Royales y los chiquillos jugaban a cambiarse los nombres.


La joven pareja se traslada a Manila, pero al cabo de un año Pitita vuelve a España porque no consigue recuperarse del todo de unas fiebres tifoideas que contrae nada más aterrizar en suelo filipino. Mike decide volver junto a su mujer y el matrimonio pasa por unos años que Pitita define como “fáciles y animados”. Compran un pequeño terreno en Marbella –entonces un pueblo de pescadores– y alternan con los Hohenlohe, los Bismarck, los Thyssen, los Rothschild e incluso con la princesa Soraya, que iba dando tumbos por el mundo tras ser repudiada por el Sha de Persia. De aquella época, a mediados de los 60, data el primer encuentro que los Stilianopoulos tuvieron con la reina de Inglaterra; tomaron el té con ella en casa del maharajá de Jaipur, en Ascot. Años después, Isabel II le recordaría en Londres dicho encuentro a Pitita.


En la década de los 80, Pitita y su familia retornan a España. La hoy autora colabora en diversas publicaciones: entrevista a Andy Warhol para Tiempo o a Peter Caruana para ABC cuando fue nombrado ministro principal de Gibraltar. .

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