lunes, 16 de abril de 2007

JUAN YAGÜE BLANCO



MILITAR




Curtido en las campañas militares del Rif, y participante por designación de Franco, a quien había conocido en la Academia Militar, en la represión dirigida contra la revolución de octubre de 1934 en Asturias, su nombre ha pasado a la historia de España como el de uno de los principales integrantes de la sublevación de 1936 contra el gobierno de la II República.
Juan Yagüe ha sido considerado por muchos como el mando más capaz de todos los que participaron en la guerra. Sus planteamientos estratégicos eran extremadamente agresivos y en muchas ocasiones hizo gala de una inteligencia y creatividad sorprendentes. Está también considerado como uno de los precursores de la blitzkrieg o guerra relámpago, a la que darían fama pocos años después los ejércitos nazis. De hecho, el ritmo de avance de las cinco columnas de legionarios y regulares mandadas por Yagüe en su recorrido a través de Andalucía y Extremadura durante Agosto de 1936, no había tenido equivalente en ninguna guerra hasta la fecha, y tan sólo se vió superado pocos años después, durante la Segunda Guerra Mundial, por las fuerzas acorazadas alemanas. En tan sólo cuatro semanas, Yagüe había avanzado 500 kilómetros, quedándose a 100 kilómetros de Madrid.


Un ejemplo claro de su heterodoxia es la táctica que empleaba para la toma de pequeñas localidades en las que se atrincheraban núcleos de resistencia armada. En lugar de ir penetrando en el pueblo desde las afueras, rompiendo los cercos hasta llegar al centro, lo que hacía era envíar sus legionarios en camiones a gran velocidad por las calles principales del lugar hasta llegar a la plaza central. Los soldados descendían entonces en tromba e iban avanzando rápidamente hacia las afueras en un movimiento anular, sembrando el desconcierto y el caos entre los ocupantes y aplastando cualquier oposición.


Yagüe, amigo de José Antonio Primo de Rivera, era militante de Falange Española y su actuación política siempre fluctuó entre dicha ideología y la fidelidad a Franco. En momentos, como el de la unificación con los carlistas de 1937, en que ello produjo conflictos, siempre optó por lo segundo.
En la Guerra Civil Española, participó en la sublevación de Ceuta y, una vez cruzado el estrecho de Gibraltar, en una difícil operación aérea, contribuyó a afianzar la rebelión en Sevilla. Dirige después el avance nacional por Extremadura, en donde desencadena una feroz represión. Entrevistado por el periodista estadounidense John T. Whitaker sobre tal respecto, su respuesta es harto conocida:
- Claro que los fusilamos. ¿Qué esperaba? ¿suponía que iba a llevar 4000 rojos conmigo mientras mi columna avanzaba contrarreloj? ¿suponía que iba a dejarles sueltos a mi espalda y dejar que volvieran a edificar una Badajoz roja?.
Ascendido a coronel, continúa el avance hacia Madrid a lo largo del Tajo. Es entonces cuando se produce la decisión de Franco de desviar el avance hacia la capital para liberar el Alcázar de Toledo, en donde resistía después de varios meses un grupo de sublevados al mando del coronel José Moscardó, liberación que tendría un enorme efecto propagandístico para la causa nacional. Tras manifestar su desacuerdo con tal decisión, Yagüe es sustituido al mando de las operaciones por José Enrique Varela. Durante el conflicto desencadenado por el Decreto de Unificación de 1937, que unió a la Falange con la Comunión Tradicionalista carlista en un único partido político, FET y de las JONS (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista), y al que se opuso un sector de Falange liderado por Manuel Hedilla, permaneció fiel a Franco. Sin embargo, un año después, en Burgos, intercede en un discurso a favor de Hedilla y sus seguidores detenidos, por el cual le es impuesta una sanción disciplinaria. En julio de 1937 es nombrado jefe del I Cuerpo de Ejército marroquí, al mando del cual entra en Barcelona en enero de 1939.


Tras el final de la guerra es ascendido a general de división, y desempeña el cargo de ministro del Aire hasta 1940. Dos años más tarde es ascendido a teniente general, y en 1943 se hace cargo de la capitanía general de la VI Región Militar, con sede en Burgos, ciudad en la que fallece en 1952.


Su localidad natal, San Leonardo en la Provincia de Soria, fue llamada San Leonardo de Yagüe tras su muerte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Efectivamente este tipejo , por su nacimiento, es soriano.
Esto es algo que nos debería avergonzar, no obstante, me parece correcto que hayas incluido varias de sus tropelías, para que sus propios paisanos, sobretodo las generaciones más recientes, no nos suene su nombre unicamente por ser el nefasto apellido que aún hoy soporta su pueblo natal San Leonardo.
Y de paso que sirva de humildísimo homenaje para aquellos 4000 "ROJOS" (o no) pacenses que han pasado trístemente a la historia por la sanguinaria actuación de uno de los sorianos más detestables que ha dado la historia.

Anónimo dijo...

O coronel Yague é o simbolo do oficial da Infantaria espanhola: destemido, audaz , quase temerário. Venceu os comunistas no campo de batalha nos quase tres anos da Cruzada. Nunca deixou de manifestar suas opiniões , inclusive ao Generalissimo dos Exercitos. Era um
Espanhol. Dele devem orgulhar-se seus conterraneos da Velha Castilha. Viva a España! Viva o Brasil! Viva Franco!